El romanticismo fue un movimiento artístico e ideológico que surgió a principios del siglo XIX como una reacción contra al espíritu racional e hipercrítico de la Ilustración y el clasicismo.
Este favorecía la supremacía del sentimiento, la tendencia racionalista, el liberalismo, la originalidad y creatividad frente a lo tradicional y la imitación.
Sus temáticas principales fueron los paisajes, animales salvajes y domésticos, la pintura costumbrista, la magia y la superstición.
La figura pretende ser realista y no evita mostrar el sufrimiento, la deformidad o la muerte.
Entre sus técnicas predominó el óleo, pero también se desarrollo la acuarela, el dibujo y el grabado.
Algunos artístas románticos destacados son: Goya, Delacroix, Friedrich y Géricault.
La libertad guiando al pueblo - Eugène Delacroix
La Libertad guiando al pueblo (La Liberté conduisant le peuple aux barricades) fue pintada por Eugène Delacroix inmediatamente después de los sucesos del 28 de julio de 1830, que motivaron la caída de Carlos X y su sustitución por Luis Felipe de Orleáns, el llamado Rey Burgués.
En medio de una ciudad en llamas, surge una mujer, con el torso desnudo, que representa a la vez la Liberad y Francia, porta en su mano derecha la bandera tricolor y en la izquierda el fusil. Le acompañan miembros de las diferentes clases sociales, un obrero con una espada, un burgués con sombrero de copa portando una escopeta, un adolescente con dos pistolas, etc., para manifestar la amplia participación y dejar clara que la causa común no mira la procedencia jerárquica. A los pies de la figura principal, un moribundo mira fijamente a la mujer para señalar que ha merecido la pena luchar.
La composición se inscribe en una pirámide cuya base son los cadáveres que han caído en la lucha contra la tiranía, cadáveres iluminados para acentuar su importancia, que se contraponen con el gesto hacia delante de los combatientes.
El cuadro radica en la extraordinaria brillantez del color y el claroscuro. En la Libertad guiando el pueblo, la luz es un elemento primordial. Estalla con fuerza en la camisa del hombre caído en primer plano para envolver la figura de la alegoría y disolverse por medio de la polvareda con el humo y las nubes, e impedir contemplar con claridad el grupo de figuras que se sitúan tras el personaje femenino.
La pincelada es suelta. Las fachadas y tejados de las casas se reducen a un conjunto de minúsculos toques, así como las pequeñas imágenes de soldados en el centro del extremo derecho, que no son más que un conjunto de manchas.
Se está ante una composición absolutamente dramática donde las líneas y las pinceladas de color se ondulan aumentando la tensión del momento. Todas las formas están recorridas por un movimiento ondulante siendo difícil encontrar una línea recta y más todavía percibir una figura estática o serena.
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